Economía

Historia de los siete regímenes cambiarios para el agro del 2023

Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario detalla cómo transcurrió el año en materia de tipos de cambio diferenciales.

El año 2023 dejó una marca particular en la historia del agro argentino, caracterizado por un constante vaivén en los regímenes cambiarios que impactaron directamente en la comercialización de granos y la exportación de productos agrícolas. En un informe realizado por la Bolsa de Comercio de Rosario, se detallan los siete regímenes cambiarios que se implementaron a lo largo del año y su efecto en el sector agropecuario.

Con el 70% de los días del año afectados por tipos de cambio diferenciales para el agro, el 2023 fue un período de gran incertidumbre. La sequía amenazaba con reducir la producción agrícola mientras que los cambios en la política cambiaria y la transición política generaban una volatilidad constante en los mercados.

Los "Programas Incremento Exportador (PIE)" debutaron en septiembre de 2022 con el Decreto 576/2022 y se convirtieron en una herramienta recurrente para fortalecer las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Estos programas se sucedieron en el tiempo, desde el PIE I hasta el PIE V, y más tarde se implementó el "Dólar Exportador" mediante el Decreto 549/2023, que abarcaba todos los productos con Nomenclatura Común del Mercosur y algunos servicios. Cada programa tenía sus condiciones específicas y diferían en términos de alcance y tipo de régimen cambiario.

Uno de los puntos más destacados fue el último tipo de cambio diferencial, que se estableció el 13 de diciembre de 2023 con el Decreto de Necesidad y Urgencia 28/2023 del nuevo gobierno, que afectaba a todos los productos con NCM y definía un esquema de liquidación que consistía en el 80% al valor oficial del dólar por el mercado de cambios y el 20% al "contado con liqui" (CCL).

El informe también resalta la evolución del tipo de cambio Banco Nación comprador (BNA), el dólar "contado con liqui" (CCL) y el "Dólar Agro", que se calculaba como el dólar BNA cuando no estaba vigente ningún programa y como el "Dólar Agro" cuando sí lo estaba. Esto permitió visualizar cómo los programas influyeron en la brecha entre el tipo de cambio oficial y el CCL.

Los primeros tres Programas de Incremento Exportador lograron inicialmente reducir la brecha entre el tipo de cambio de las exportaciones agrícolas y el CCL, aunque la brecha mínima alcanzada fue de 173,3 pesos por dólar exportado. En contraste, previo a las elecciones generales de octubre, la brecha alcanzó su punto máximo, con un tipo de cambio de 670,3 pesos por dólar exportado.

En cuanto a la comercialización, se observa que la operatoria en el mercado local fue la más baja de los últimos 5 años, siendo la vigencia de los programas exportadores el principal factor impulsor de la comercialización de granos. El complejo de la soja, el más importante de Argentina, fue el más afectado por estos programas, con la mitad del año bajo el tipo de cambio oficial y la otra mitad bajo un tipo de cambio diferencial.

En el caso del maíz, el segundo complejo exportador más importante, también se vio influenciado por los programas exportadores, con un 40% de las ventas realizadas bajo algún programa. El girasol, la cebada y el sorgo también experimentaron fluctuaciones en sus niveles de comercialización según la vigencia de tipos de cambio diferenciales.

En cuanto a las declaraciones de ventas al exterior, se registró el nivel más bajo desde 2013, debido a la severa sequía que afectó a Argentina en la campaña 2022/23. Al menos la mitad de las toneladas registradas para cada complejo se realizaron bajo la vigencia de algún tipo de cambio diferencial.