Empresarios y gobernadores no ven el camino y sube el nerviosómetro
Desde ambos lados las preocupaciones crecen debido a la falta de definiciones económico-financieras. Llama la atención que todavía no haya un equipo de trabajo definido.
Los empresarios quieren confiar en que el final del sendero del que ayer habló el futuro ministro del Interior, Guillermo Francos, será positivo, pero el hecho de que todavía no esté del todo claro cuál ese ese camino que se pretende seguir -ni con que nombres- los empieza a poner algo nerviosos.
Y lo mismo les ocurre a los gobernadores. Algunos ya admitieron públicamente que le garantizarán gobernabilidad al presidente electo Javier Milei, aunque ahora esperan precisiones sobre cómo será la nueva gestión.
Lo primero que se percibe desde ambos sectores es debilidad. No solo la obvia que tendrá en el Congreso al no contar con quórum propio, sino además, por ejemplo, por no poder -a solo 10 días de asumir- conformar un Gabinete.
Muy buena parte del nerviosismo que es cada vez más palpable está directamente relacionado con los fondos.
En el caso de la industria, de los que deberán tener para pagar las importaciones. Hoy se da un escenario en el que los privados acumulan un rojo importante con su cadena de proveedores, lo que desde hace tiempo hace tambalear los niveles de stock y suministro al mercado interno.
Según cálculos privados, la deuda comercial por importaciones de bienes creció en u$s 3.000 millones en octubre, un récord mensual para la gestión de Alberto Fernández, y el stock total incluyendo servicios quedó al borde de los u$s 60.000 millones.
Solo por poner un ejemplo, el rojo que acumula el sector automotriz en general -entre las terminales y las autopartistas- se mueve hoy cerca de los u$s 6500 millones.
"Sabemos que hay que hacer cambios y que seguramente va a doler, pero queremos saber cómo será el camino", sostuvo Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA.
Más allá del problema de la deuda en sí, la otra gran preocupación pasa por saber a qué valor se pagarán esos dólares, y cómo. Hasta ahora, la respuesta que tienen del futuro Gobierno es que esas divisas las deberán obtener "al precio que estén", ya que se trata de acuerdos entre privados.
EL CASO DE LOS GOBERNADORES
Del lado de los gobernadores los fondos también preocupan pero por otras cuestiones. La coparticipación es clave dentro de esta discusión, y la gran apuesta es que los cambios que Milei pretende llevar adelante no alcancen la dimensión anunciada, de modo de no afectar las arcas de las provincias.
Lo mismo ocurre con la obra pública. El libertario ya declaró más de una vez que "no tenemos plata" para encarar esas inversiones, y el temor en las provincias es muy fuerte. Si esos trabajos no se realizan, el nivel de empleo e infraestructura puede caer en un declive difícil de remontar.
En principio, lo que muchos hicieron fue "asegurarle gobernabilidad" a Milei, sobre todo teniendo en cuenta la falta de quórum en el Congreso y que no tiene ningún gobernador propio. Lo que habría que ver es qué pasa con esa gobernabilidad garantizada en caso de que la coparticipación y la obra pública sufran la motosierra libertaria.