Vicentin para por seis meses las plantas de San Lorenzo y Ricardone
La empresa tomó la medida por falta de soja para procesar. Los trabajadores seguirán en "guardia pasiva" cobrando el total del salario
Vicentin decidió cerrar por seis meses sus plantas de Ricardone y San Lorenzo por la falta de grano para procesar, como consecuencia de la sequía. La situación es común a la que enfrenta toda la industria aceitera pero en el caso de la agroexportadora de Avellaneda, se agrava porque desde el default de 2019 no origina mercadería sino que alquila sus plantas a empresas que hoy priorizan sus propias instalaciones.
Los directivos de la firma informaron hace unos días a los representantes del Sindicato de Obreros Aceiteros de San Lorenzo (SOEA) la decisión de paralizar las plantas de San Lorenzo, que tiene una capacidad de procesamiento de 16 mil toneladas diarias, y de Ricardone, que es esencialmente girasolera. Entre empleados directos y contratados, ambas instalaciones ocupan a 1.100 personas, que seguirán cobrando la totalidad de sus salarios.
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"Es una situación similar a la que ocurrió allá por 2020, la empresa frena la actividad por falta de materia prima para procesar y los trabajadores realizan guardias pasivas, es decir se quedan en sus casas salvo en los casos en los que están afectados a tareas de mantenimiento", señaló Daniel Succi, secretario general del Soea.
El representante gremial explicó que, con una cosecha de soja de 22 millones de toneladas, frente a la habitual cercana a los 50 millones de toneladas, las plantas procesadoras están trabajando a muy poco nivel de capacidad instalada. Y son varias las que han parado o desacelerado la actividad en los complejos industriales por falta de mercadería.
En el caso de Vicentin, explicó, la situación se agrava porque las plantas trabajan a "fason". Es decir que alquilan sus instalaciones para procesar mercadería de terceros. Esto se debe al default de 2019, por u$s 1.500 millones, que minó la confianza de los operadores del mercado, a la vez que la sumergió en un complejo proceso judicial, tanto en lo comercial como en lo penal.
Precisamente, las empresas que procesan bajo esta modalidad en las plantas de Vicentin son las mismas que están interesadas en adquirir sus activos en el marco del proceso de judicial que lleva adelante Fabián Lorenzini. Directivos de la empresa de Avellaneda deslizaron en su comunicación al gremio que la falta de resolución de la convocatoria influye en la imposibilidad de hacerse de mercadería.
Lo cierto es que esa resolución se ve afectada, en primera medida, por las derivaciones de la causa penal por estafa que se sustancia en la Justicia provincial. Pero, además, la situación de mercado provoca que las empresas que "fasonan" en Vicentin priorizan el abastecimiento de sus propias plantas.
La parálisis no afecta ni a las unidades de bioetanol del complejo norte de Vicentin ni a las de Renova, en Timbúes. El secretario general del Soea explicó que los trabajadores de San Lorenzo y Ricardone entrarán en situación de guardia pasiva hasta octubre, cuando comienza el período vacacional. "Allí comenzarán a entrar en vacaciones pero el que más tiene llega a 35 días y acá podría pararse hasta por seis meses", señaló. Lo que queda, agregó, es esperar que el clima acompañe la nueva campaña gruesa y permita recuperar la producción de soja.
"La capacidad instalada de la industria ya excede a la producción cuando hay buena cosecha, con la mitad de volumen no hay números que le cierren", indicó.
Según un reciente informe dela Bolsa de Comercio de Rosario, la molienda de soja en el primer cuatrimestre de la campaña fue la más baja desde 2007/08, mientras que la capacidad ociosa de la industria podría alcanzar el 70%. Si bien las importaciones de soja en lo que va del 2023 ya superan el récord anual y llegan a 7,2 millones de toneladas, esta posibilidad está vedada para Vicentin, por su situación judicial.
Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP), el crush de la oleaginosa asciende a 11,9 millones de toneladas desde abril hasta julio de este año, registrándose como el volumen más bajo en 15 años.
Según la Bolsa, la capacidad actual de molienda de la industria se estima en 67,5 millones de toneladas anuales.