El Puerto de La Plata se alista para volver a embarcar granos
A más de 130 años de su fundación, la terminal busca retomar el comercio agropecuario. Sus autoridades ya articulan con los distintos actores del sector.
Si bien sus orígenes están vinculados a la actividad agropecuaria, los vaivenes de la historia hicieron que el Puerto de La Plata se alejara de esa faceta. Hoy, más de 130 años después de su fundación, la terminal fue acondicionada para volver a operar con granos, y sus autoridades ya articulan con los distintos actores del sector con el objetivo de retomar los embarques.
"El trabajo de los puertos tiene que ser complementario. Tenemos que dar una respuesta que sea lo más eficiente posible a quienes tienen que realizar los movimientos de carga. Eso es lo que nos da competitividad, sobre todo en el comercio internacional, y lo que hace que haya más trabajo y más desarrollo en la región", explica José María Lojo, presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de La Plata.Periodista: ¿Cómo surge la iniciativa para que el Puerto de La Plata opere con granos?
José María Lojo: El puerto fue pensado como un puerto de aguas profundas ya cuando se construyó en 1890. En esa época ya se despachaban granos. Incluso había silos que fueron demolidos en los años 80. Es un puerto con muchas capacidades. Hoy en día es el puerto que abastece el 60% del combustible que se consume en Argentina. Desde nuestros muelles -porque estamos pegados a la destilería de YPF- salen entre 700 y 800 barcos por año a distribuir combustible desde Formosa hasta Ushuaia y la Antártida. Además de eso y de otras operaciones relacionadas a YPF y de combustibles, tenemos la operación de la terminal de contenedores.
P.: ¿Qué características tiene el puerto actualmente?
J.M.L.: Tenemos la terminal de contenedores más moderna de América Latina, que fue terminada en 2014. Todavía tiene un bajo nivel de actividad, estamos en el arranque, digamos. El jueves fuimos a presenciar la zarpada de un buque portacontenedores que va a hacer el circuito directo entre La Plata y EEUU, lo que nos abre la llave para que despegue el trabajo de esa terminal. Además, tenemos muchos espacios disponibles -áreas y superficies- que fueron preparados infraestructuralmente para recibir distintos tipos de cargas y movimientos de buques. Tenemos muelles, instalaciones de amarre, de iluminación, contra incendios: tenemos todo preparado para que los muelles estén activos y puedan desarrollar múltiples actividades. También tenemos un par de galpones enormes, de 5.000 metros cuadrados cada uno, que hemos puesto a nuevo. Con todo eso, estamos en condiciones y charlando con más de un interesado con intenciones de pensar que hay un hinterland cercano, que tiene granos y que le puede interesar nuestro muelle para despacharlos.
Es una actividad que se puede iniciar de una manera más manual, en forma más o menos inmediata, pero que, después, hay espacio disponible e infraestructura para proyectar una instalación mayor, con elevadores de granos y todo eso. Sería una actividad escalable, no con pretensiones de ser una terminal de gran magnitud, sino que seríamos una terminal complementaria, con muchas posibilidades por las condiciones de calado y la posibilidad de recibir barcos de gran tamaño.
P.: ¿Cómo impactaría en la región?
J.M.L. : El trabajo de los puertos tiene que ser complementario. Tenemos que dar una respuesta que sea lo más eficiente posible a quienes tienen que realizar los movimientos de carga. Eso es lo que nos da competitividad, sobre todo en el comercio internacional, y lo que hace que haya más trabajo y más desarrollo en la región. En particular, podemos complementar con la carga que salga de La Plata; lo que está saliendo de otros puertos graneleros. Esa complementación la podemos hacer con algunas ventajas. Nosotros podemos tener el máximo calado que pueda tener la hidrovía. En la medida que la hidrovía se profundice, podemos atender a barcos de mayor calado, con lo cual podríamos despachar barcos llenos desde La Plata. Eso, a partir de la construcción del Canal Magdalena, es altamente probable.
Eso básicamente lo que genera es movimiento; la oportunidad de vender mejor los granos para el hinterland de la región, y también la posibilidad de que haya más camiones transportando cargas en tramos más cortos, con lo cual van a ser menos viajes en un día y van a poder dormir en su casa.
También la posibilidad de ingresar por ferrocarril, mayor cantidad de obra empleada. Por lo que necesitaríamos hacer en el puerto, a medida que esos módulos de trabajo vayan creciendo, podemos tener a lo mejor 30 o 40 personas inicialmente y después de un año estar en 300 y si se da la posibilidad de construir una terminal granelera, a lo mejor en dos o tres años estamos alrededor de 500 personas trabajando. A eso se le suman todos los servicios que genera ese movimiento. Viene un barco, y ese barco necesita, además de la carga que va a transportar, agua, combustible, saneamiento, mantenimiento, repuestos. Todo eso se proveería desde la zona, como pasa en todos los puertos del mundo. Vendría a incrementar las capacidades que ya estamos empleando.
P.: ¿De qué volumen serían las operaciones?
J.M.L.: Hasta dónde pueden llegar es una incógnita. Dos millones de toneladas es un objetivo ambicioso, pero muy posible. Considerando que en el hinterland más o menos hay cuatro millones de toneladas dando vueltas, calculo que a la mitad de eso les puede resultar mucho más eficientes y más cómodo transportarlo hasta La Plata por camión y no hasta Santa Fe o San Lorenzo. Tendríamos una posibilidad de arrancar con un volumen de 30, 40 o 50 mil toneladas por mes. A lo mejor podemos hablar de 500 mil toneladas en el año. Eso puede escalar en la medida en que vayamos mejorando en cuanto a instalaciones y capacidades de atender con eficiencia y velocidad.
P.: ¿Qué les falta para empezar a operar?
J.M.L. : Falta muy poco. Tenemos conversaciones con acopiadores, con gente que tiene la carga y con los operadores que harían la carga. Si todo va bien, podríamos tener novedades en muy poco tiempo, cuando se produzca el casamiento necesario entre todos estos actores. Hace falta alguien que tenga el grano, alguien que tenga el barco y las condiciones para cargarlo, y alguien que tenga el contrato de venta de los granos al exterior. Ya tenemos varios actores dando vueltas para eso. Calculo que no tardará mucho en que madure esa fruta.
P.: ¿Qué desafíos tiene el puerto actualmente?
J.M.L .: Nosotros somos un puerto público de la Provincia de Buenos Aires. Nuestro gobernador impulsa fuertemente la actividad portuaria, porque somos una provincia marítima portuaria. Tenemos una costa sobre el río y sobre el mar muy significativa. Además, estamos vinculados con el núcleo de producción y consumo de la Argentina. Tenemos que recuperar esta mirada hacia el mar, hacia las costas y hacia los puertos.
Es imprescindible para que podamos obtener un desarrollo de mucha más calidad para la población de la región. En eso trabajamos y por eso tenemos esta mirada. Por eso, también, decimos que es trascedente, estratégico y que debería ser una politica de Estado en Argentina tener vías navegables eficientes.
En ese sentido, es trascendental la licitación del Canal Magdalena. Eso va a ser un hito: desde el punto de vista de la navegación, va a ser un antes y un después para la mirada que el mundo tenga de los puertos de Argentina. Van a haber puertos concentradores, puertos de aguas profundas, puertos con capacidad de recibir a los barcos más grandes, que circulan por ultramar, y no estar dependiendo de otros puertos del exterior para despachar nuestras cargas, lo cual significa mayor costo.