Sube y baja en la verdura: la ensalada, con cambios abruptos
En un contexto de fuerte dispersión de precios, el tomate tuvo un fuerte salto hasta llegar a 800 pesos y la lechuga cayó más de mil, hasta los 500 pesos
Tras varias semanas de subas y bajas permanentes en los precios, el rubro de las frutas y verduras tuvo un periodo de siete días de calma, mostrando muy poca variación en los costos al consumidor, salvo dos excepciones: el tomate y la lechuga.
Los clásicos de la ensalada cambiaron abruptamente sus precios. Por el lado del tomate, que la semana pasada se conseguía entre los 300 y 500 pesos el kilo, esta semana llegó a los 800 pesos el kilo. La lechuga, en tanto, que hasta hace pocos días podía encontrarse hasta por 1.800 pesos el kilo, continuó su descenso de valor y ayer podía comprarse desde 500 pesos el kilo.En lo que respecta al resto de los cuatro productos relevados semanalmente por este diario, las variaciones fueron más leves.
En el caso de la papa, conservó su valor en casi todas las verdulerías consultadas, menos una, donde el precio por kilo bajó 10 pesos.
Con la cebolla, el costo se mantuvo entre los 140 y 250 pesos por kilo, mostrando 50 pesos de diferencia, tanto en la baja como en la suba, respecto de la semana pasada en dos casos. Los comercios de 10 entre 42 y 43, diagonal 74 y 116, y 122 y 42 bis bajaron el precio mientras que los locales de 31 y 73 y 13 y 76 lo aumentaron.
En el caso de las frutas, se tomaron dos productos básicos de la canasta familiar.
La manzana registró los mismos o menores valores que hace siete días, quedando su precio entre 520 y 850 pesos el kilo. En este caso, bajó su costo en cinco comercios y se mantuvo igual en seis.
Por último la banana, tampoco reflejó demasiada variación a los valores que se encontraba la semana pasada y ayer estaba entre 200 y 500 pesos el kilo. En seis comercios bajaron su precio, en dos subieron y en el resto se mantuvo el mismo precio.
La dispersión sigue mandando en este renglón comercial.
Entre los productos que mostraron una amplia variación, coinciden con la dinámica que viene reflejando este diario respecto a cómo la sequía, estacionalidad y origen generan una modificación de los costos al consumidor final.
En el detalle, el precio del tomate estaba ayer el kilo a 800 pesos en la verdulería de 66 y 137 y la de 13 y 76; a 700 pesos en 31 y 73 y en 38 y 133; a 650 pesos en el comercio de 78 y 122 y el de 83 y 122; a 590 pesos en el Mercado; a 500 en 10 y 43; y a 480 pesos en 10 entre 42 y 43.
Por el lado de la lechuga, registró otra baja de su costo después de varias semanas de haber estado con valores elevados.
Los precios en los que se ofertaba ayer eran: 850 pesos el kilo en 10 y 43; 790 pesos en 66 y 137; 780 pesos en diagonal 74 y 116; 700 pesos en 38 y 133; 600 pesos en 31 y 73; y 500 pesos en 83 y 122 y 78 y 122.
BARATO ACÁ, CARO ALLÁ
Lo que muestra este último relevamiento en una decena de verdulerías de la Región más el Mercado Central local, es que se mantiene la disparidad de precios de un mismo producto con márgenes que van del 75 al 180 por ciento de costos en los que un mismo producto puede ofrecerse, sin que influya la categoría de "caro" o "barato" sobre cada comercio y teniendo en cuenta que todos los comerciantes compran en el Mercado Regional local.
Como ya se publicó en notas anteriores, la diferencia de precios entre la misma mercadería responde a la estructura de negocio que cada comerciante realice.
Es decir que si se tiene más de un comercio del rubro, eso habilitaría a comprar en mayor cantidad y hacer la diferencia, pudiendo ofrecer la mercadería a menor precio, analizan en el sector.
Pero según algunos verduleros, depende del margen de ganancia que cada uno quiera obtener. "Siempre hay un precio de base y el dueño sabe si puede sacar la mercadería a determinado precio. Conoce a sus clientes".
También está la variable del origen de los productos, que muchas veces se compran por fuera del Mercado Regional platense ya que los costos de este punto de venta resultan muy altos para los verduleros.
La mercadería que no se vende a través del Mercado puede ofrecerse al público a un costo muchísimo menor que si se comprase a los puesteros del predio de 520 y 116, pero se corre el riesgo sanitario de que son productos que no tienen ningún control bromatológico.
SIN IMPACTO DÓLAR
Otro análisis que se desprende de este seguimiento de los precios de las frutas y verduras es que se entiende que la escalada del dólar no tuvo impacto en este sector del rubro alimenticio, aunque sí lo hubo en el resto de los productos comestibles de la canasta básica, por más que la cotización de la divisa norteamericana haya bajado en los últimos dos días.
Y es que el sector de alimentos, que viene encabezando la suba generalizada de la inflación según los datos del Indec, tuvo, para el análisis del presidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires, Fernando Savore, un fuerte impacto con la suba de la moneda de Estados Unidos de los primeros días de la semana.
"A principios de abril, los mayoristas pasaron un informe diciendo que los precios se estaban quedando quietos y nosotros lo desmentimos rotundamente porque vamos a abastecernos dos o tres veces por semana y vemos que no es así", contextualizó el referente del área.
"Los empresarios, en función de que el dólar sube aumentan los alimentos. Aunque después baje la cotización, los costos no bajan lo mismo que subieron", agregó Savore y explicó cuál es la situación de esta semana.
"Los comerciantes estamos con mucha incertidumbre. Entonces, empiezan a ocurrir fenómenos que encienden las alarmas". En ese sentido, el hombre contó que los pequeños negocios que no tienen un espacio donde acopiar su mercadería y tienen sólo lo que ponen en la góndola están "con mucho miedo".
"Algunos bajaron la persiana por estos días porque si venden la mercadería que tienen a precio de la semana pasada no saben si van a poder reponerla mañana. Uno alienta a que se siga adelante para que no cierren lugares de trabajo, pero no sabemos si estamos dando un buen consejo porque la incertidumbre es muy grande", remarcó el referente almacenero.
Según el dirigente, una de las firmas líderes en golosinas y galletitas, anunció el último lunes un aumento del 9 por ciento, que se suma a otra suba del mismo tenor que se hizo a principios de abril.
"Si bien este enero no tuvo tantos aumentos, vivimos un febrero con una fuerte escalada de precios que se nota en la comparación de las facturas que hacemos semana a semana. Cuando comenzó marzo, en los mayoristas empezaron a restringir algunas ventas, y eso es como un semáforo que nos advierte que algo va a suceder, que evidentemente es que saben de la escapada de precios. Lo vinimos advirtiendo hace rato", cerró el dirigente.