Récord: la ola de calor duró 18 días y no hay registros en 100 años de un período tan prolongado
El fenómeno se registró a través de las temperaturas mínimas y máximas diarias, más altas que lo habitual, según señaló la Bolsa de Comercio de Rosario. La soja y el maíz sintieron el impacto.
La Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario indicó que la extensión de la novena ola de calor duró 18 días consecutivos y no hay antecedentes en 100 años, con temperaturas mínimas y máximas tan elevadas.
En su informe semanal para la zona núcleo en el que, además de reafirmar la crítica situación en que están los cultivos, analizó las variables climáticas que están incidiendo en este escenario de catástrofe productiva.
En primer término, la GEA subrayó que la continuidad de la sequía obedeció a la persistencia de un bloqueo atmosférico, asociado a la posición del anticiclón del Atlántico sobre el área central del país.
Este intenso centro de alta presión, situado frente a la costa este de Argentina, impidió durante los últimos 45 días el ingreso de los sistemas frontales hacia el centro del país.
"El resultado fue una virtual barrera de circulación que dificultó el avance de lluvias y tormentas más allá del centro bonaerense, La Pampa y la franja oeste de la región pampeana llegando hasta el norte del país. Es decir, una campana invisible que mantuvo ausentes las lluvias sobre el sudeste de Córdoba, centro-sur de Santa Fe, Entre Ríos y norte de Buenos Aires", explicó el consultor meteorológico, Alfredo Elorriaga.
De todos modos, la variable que se acopló a la falta de agua y le dio el golpe final a los cultivos fue la persistencia de temperaturas extremas que no cesaron desde finales de febrero. Lo llamativo fue que las temperaturas mínimas durante este período presentaron el mismo nivel que las temperaturas máximas medias de marzo, y las temperaturas máximas estuvieron 10°C por encima de la temperatura máxima promedio para el mes", enfatizó el experto.
En este marco, Elorriaga fue optimista sobre la posibilidad de que el verano finalice con lluvias que traigan al menos un paliativo y permitan proyectar con mejor ánimo la próxima campaña.
"La buena noticia es que los pronósticos indican que, a partir de la segunda quincena de marzo, el bloqueo comenzó a desplazarse hacia el este y la circulación de los sistemas frontales aumenta su incursión hacia el centro del país. Esto provocará un cambio de masa de aire, un descenso generalizado de las temperaturas y el desarrollo de lluvias y tormentas que, aunque todavía erráticas y dispares, aumentarán su área de cobertura", concluyó.