Lluvias traen alivio a los ríos Paraguay y Paraná
Las centrales hidroeléctricas de Itaipú y Yacyretá están dentro de lo que se considera "el punto óptimo de trabajo"
Los ríos Paraná y Paraguay han comenzado a recuperarse de las bajadas de agua de todo el año tras las constantes lluvias de los últimos días, según han informado autoridades paraguayas.
El subdirector de Hidrología de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), Nelson Pérez, explicó que para que la economía no se vea afectada, estos cauces requieren al menos un metro de altura. El estado de estos ríos afecta a la economía del país en tres frentes: hidroelectricidad, navegación y agua potable.
"Para que tengamos una buena estructura en esos tres puntos, necesitamos al menos un metro de altura del río en todos los puntos, principalmente del río Paraguay", dijo Pérez en Twitter.
El funcionario también señaló que el punto de control más bajo es la zona de Asunción, donde la variación diaria es de 3 centímetros y actualmente hay 1,63 metros, lo que significa que las barcazas pueden navegar sin ningún inconveniente y que el suministro de agua está en condiciones estables "siempre y cuando se utilice racionalmente".
"Itaipú y Yacyretá están funcionando dentro de lo que se considera el punto óptimo de trabajo. Por el momento, los ríos en general, tanto el Paraguay como el Paraná, están por debajo de lo que se considera normal y estas lluvias vienen a aliviar esta situación", agregó.
En cuanto a las Cataratas del Iguazú, Pérez explicó que es la única parte de la región con un nivel de agua excesivo tras las fuertes lluvias en Brasil, donde las presas se saturaron.
"Hay que considerar que la naturaleza es impredecible y no es gobernable. Es decir, podemos tener ciertas tendencias, pero cualquier situación puntual, como ocurrió con las fuertes lluvias, hace que la estructura de los ríos cambie", explicó el experto.
Las cataratas del Iguazú, en la frontera entre Brasil y Argentina, registraron el pasado viernes un volumen de 10 millones de litros por segundo, superando la cantidad considerada normal, que es de 1,5 millones. Fue el mayor volumen de agua de los últimos cinco años. En este escenario, las autoridades decidieron cerrar la principal pasarela por la que suelen transitar los turistas, tanto del lado brasileño como del argentino.