Argentina

Argentina prorroga emergencia hídrica del río Paraná

La declaración permite realizar los ajustes presupuestarios necesarios para hacer frente a la crisis

 El gobierno argentino del presidente Alberto Fernández anunció este viernes que prorrogaba la declaración de emergencia por otros 180 días en la zona del río Paraná, ya que los niveles de agua se mantienen en registros históricamente bajos.

Argentina declaró la emergencia hídrica hace más de un año, el 26 de julio de 2021. Las escasas precipitaciones han provocado el menor caudal del río en los últimos 78 años, por lo que las autoridades consideraron necesario dictar el Decreto 261/2022 que prorroga la emergencia hídrica en la región de la cuenca del río Paraná, que incluye las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires, según el documento publicado en el Boletín Oficial.

El objetivo de la medida es garantizar la protección civil de las zonas afectadas y tomar medidas para mitigar la crisis.

El río Paraná es de suma importancia ya que es la principal puerta de salida de las exportaciones de granos y subproductos de Argentina. Las poblaciones también dependen de este río para sus servicios de agua potable y alcantarillado.

"Si bien los niveles de estiaje se han atenuado, continúan afectando el abastecimiento de agua potable, la navegación y las operaciones portuarias, la generación de energía hidroeléctrica, el abastecimiento de combustibles y las actividades económicas relacionadas con la explotación de la cuenca", destacó el decreto.

Se siguen previendo "condiciones negativas" para estas zonas, donde se espera que persistan los problemas causados por la "persistente sequía" y las "deficientes condiciones meteorológicas". En este escenario, el Consejo de Ministros ha recibido instrucciones para llevar a cabo la "reestructuración presupuestaria" necesaria para hacer frente a la crisis.

El documento también insta a las provincias de la cuenca a adoptar un "régimen tarifario especial provisional" para los servicios de electricidad, agua potable y transporte urbano.

Se trata de la caída de agua más importante de los últimos 78 años y afecta también a otros ríos de la región, como el Paraguay y el Iguazú.