Por qué Estados Unidos tiene una inflación récord y cómo puede afectar la segunda mitad de la presidencia de Biden
Los precios subieron 8,5% interanual en marzo, impulsados por la nafta, alimentos y vivienda. La Casa Blanca está preocupada por el costo político de los aumentos, de cara a las elecciones de noviembre.
La inflación sigue batiendo récords en Estados Unidos: en marzo, la inflación interanual subió 8,5% (la más alta desde 1981) y 1,2% respecto a febrero, el mayor salto en 17 años.
Estos son los primeros números que incluyen el impacto económico de la invasión rusa a Ucrania, dos de los mayores exportadores de granos del mundo, además del peso propio de Rusia en el sector energético.
Es probable que la nueva cifra presione a la Reserva Federal para endurecer aún más su política monetaria, en un intento por contener los precios a pocos meses de las elecciones de medio término.
LOS PRODUCTOS QUE MÁS AUMENTARON
La gasolina fue uno de los principales impulsores de la suba, con un aumento del 18,3% respecto a febrero, especialmente debido a la guerra en Europa. En las últimas semanas el precio promedio del galón (3,7 litros) de nafta se estabilizó alrededor de los u$s 4,10 según la AAA, aunque sigue 48% arriba respecto al año pasado. En general, los precios de la energía subieron un 11% en marzo y un 32% interanual
Los alimentos también contribuyeron al récord de marzo, con una suba interanual de 8,8% y un 1% respecto a febrero. Los mayores incrementos se vieron en verduras, carnes y productos lácteos. La guerra entre Rusia y Ucrania ha generado alerta por el suministro mundial de alimentos, ya que ambos países son importantes productores de trigo, cebada, fertilizantes, aceite de girasol, entre otros productos.
Los costos relacionados con la vivienda -que incluyen desde alquileres hasta estadías en hoteles- crecieron 0,5% por segundo mes consecutivo. Los alquileres de vivienda única aumentaron 4,4% en el año.
Sin embargo, otros bienes se están desacelerando. El valor de los autos usados, que había disparado la inflación el año pasado por la disrupción en las cadenas globales de suministro durante la pandemia, cayó un 3,8% en marzo; mientras que los autos nuevos subieron a penas un 0,2%, una variación menor que la registrada el mes anterior.
La inflación núcleo -que excluye los precios de la energía y los alimentos, que suelen ser más volátiles- subió 0,3% en un mes (en febrero habían tenido un alza de 0,5%) y un 6,5% en un año.
Varios economistas esperan que este sea el pico de la ola inflacionaria en los Estados Unidos, debido a que los números de marzo ya incluyen las secuelas de la guerra en Ucrania.
MÁS PRESIÓN PARA LA FED
Es probable que el banco central estadounidense se vea presionado para subir aún más la tasa de interés tras el nuevo récord. En marzo, la Fed había decidido un alza de 25 puntos básicos y se esperan que sigan aumentando el resto del año.
Sin embargo, incluso si la Reserva Federal decide una suba mayor (alrededor de 50 pb) el próximo mayo, es poco probable que la inflación retroceda hasta el objetivo del 2% que se había fijado, teniendo en cuenta la guerra, los confinamientos por Covid-19 en China y la creciente reapertura de la economía mundial con una mayor demanda de servicios, como por ejemplo, viajes internacionales. Los funcionarios estiman que la tasa de interés podría estar cerca del 2,4% a fines de 2022.
Con el objetivo de reducir la inflación, la Fed también planea achicar su balance (de u$s 9 billones), con un recorte de u$s 95.000 millones al mes durante aproximadamente tres meses, a partir de mayo.
EL PLAN DE BIDEN
Preocupado por el precio de los combustibles, un tema sensible para los bolsillos norteamericanos, el presidente Joe Biden permitirá mayores ventas de nafta con un mayor contenido de etanol (15%) este verano boreal, en un esfuerzo por bajar los precios. La gasolina E15 cuesta entre u$s 0,5 y u$s 0,10 menos que la gasolina regular y se venderá de manera generalizada entre junio y septiembre.
Se trata de un nuevo intento de la Administración Biden por tratar de minimizar el costo político de la suba de los combustibles. A fines de marzo, el presidente estadounidense había ordenado una liberación histórica de 180 millones de barriles de petróleo (un millón de barriles por día) de su Reserva Estratégica y ordenó que las petroleras aumenten la producción.
La Casa Blanca dice que está haciendo todo lo que puede para bajar los precios de la nafta y ha tratado de responsabilizar a Vladimir Putin por los aumentos.
PREOCUPACIÓN POR LA ECONOMÍA A MESES DE LAS ELECCIONES
La aprobación de Biden atraviesa uno de sus peores momentos (alrededor del 42%, incluso por debajo de agosto de 2021, cuando Estados Unidos se retiró de Afganistán) y temen que la cuestión económica impacte sobre los demócratas, a pocos meses de las elecciones de medio término.
El oficialismo podría perder el control del Congreso en noviembre, lo que significaría un fuerte golpe para la agenda de Biden. Los republicanos -que están usando la economía como uno de sus principales instrumentos de batalla- tienen mucho para ganar: sólo necesitan cinco bancas para quedarse con la Cámara de Representantes, mientras que en el Senado ya están empatados 50-50