¿Faltarán café y yerba?: el impacto de los incendios y las trabas para importar
Por los daños en la producción local, empresas piden importar la hoja desde Paraguay y Brasil. Mientras las cafeteras sostienen que necesitan duplicar el cupo de dólares que les asignó el Gobierno.
La escasez de dólares para pagar importaciones puso en tensión a varias cadenas productivas y activó un sinfín de negociaciones subterráneas para que el Ministerio de Desarrollo Productivo y el Banco Central habiliten más divisas para no frenar la actividad de los próximos meses.
Los fabricantes de electrodomésticos de Tierra del Fuego advierten que las nuevas regulaciones les complican el ingreso de insumos y los stocks para producir se agotan.
Pero no se trata solo de televisores o aires acondicionados: las trabas también pueden afectar la provisión de café y de yerba. Semanas atrás, el Banco Central instruyó una regulación para clasificar las SIMI -permisos de importación- de ítems con licencias automáticas en A y B. Las empresas con SIMI A podrán pagar las importaciones de manera habitual.
Para las SIMI B, deberán conseguir financiamiento con bancos o proveedores a 180 días. Las compañías obtendrán una SIMI A por un cupo de dólares que sea hasta 70% superior a las importaciones de 2020 o 5% mayor a las de 2021 (de ambas opciones, la menor).
El resto deberán financiarlo. Ojalá que llueva café.
Esto trajo un problema enorme a los importadores de café, un commodity que la Argentina no produce y cuyo precio internacional llegó a escalar 100% en el último año. El impacto es doble: por un lado, por la suba del precio, que implica que el cupo de divisas de años anteriores se agotará con menos cantidad de producto. Por otro, porque recién a fines de 2021 el sector recuperó dinamismo, por lo que los umbrales de comparación contra los últimos dos años son bajos.
Lo dijo un empresario, en crudo: para garantizar que haya café para todo el año en niveles similares a los del recesivo 2019, las empresas necesitan el doble del cupo de divisas que tienen asignado. La mayor parte de la fabricación local tiene como destino los bares y restaurantes, que recién en el segundo semestre de 2021 se recuperaron del encierro.
El miércoles último, una reunión de la Cámara Argentina del Café se convirtió en una catarsis empresaria. Una conocida cadena de cafés advirtió que, si no les amplían la cantidad de divisas, deberá cerrar el 40% de sus locales.
Otro empresario contó que no tiene espaldas para financiar la adquisición de la materia prima y que se plantea fabricar menos. El sector comenzó a pedir reuniones con el Gobierno, que se desarrollaban por estos días. Todavía no encontró una respuesta a su reclamo para rever la restricción.
La situación es dispar. Las empresas específicamente cafeteras no tienen manera de acceder a más dólares y directamente temen el freno de la producción.
Las grandes empresas de consumo masivo que fabrican café y otros productos pueden distribuir su cupo de divisas para cubrir la importación de la materia prima, pero a expensas de otros insumos o piezas para maquinarias, por ejemplo. Yerba, en problemas.
En el caso de la yerba mate, las empresas comenzaron reuniones con Desarrollo Productivo para pedir que se abra la importación desde Brasil y Paraguay. Los años de sequía y los incendios en Corrientes, advierten, provocarán una merma en la cosecha de un tercio -Corrientes representa el 30% de la producción nacional- que impactará a partir de mitad de año. Grandes empresas advierten que no tienen garantizado el insumo para abastecer normalmente a partir del segundo semestre.
El Gobierno debería habilitar que una parte de los dólares escasos se use para importar el insumo básico de un consumo popular, en momentos en que crece la cuenta energética y se firmó con el Fondo Monetario Internacional el compromiso de acumular u$s 5800 millones de reservas.
Según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate, la cosecha de 2021 superó los 882 millones de kilos y fue la mejor de los últimos años. La producción con destino al mercado interno totalizó casi 283 millones de kilos y también superó los valores del último lustro. Se exportaron más de 35 millones de kilos, principalmente a Siria y Líbano. Interrumpir esos destinos de exportación no alcanzaría para abastecer al consumo doméstico e implicaría perder en manos de Uruguay o Brasil, dicen en una de las empresas líderes.
Por Esteban Rafele