EEUU

El plan de Biden, entre un huracán urgente y un tsunami financiero

El mercado bear de los bonos del Tesoro es un dato fundacional de la era Biden. A la par, el mercado bull de las acciones se florea.

 Estados Unidos vacunó a 2,92 millones de personas el viernes, un récord diario. Fuera de agenda, Wall Street también se vacunó, pero de espanto. Y justo a tiempo. En su cuarta embestida en tres semanas, las tasas del Tesoro a 10 años escalaron 10 puntos base de golpe, arrasaron la valla de contención de 1,61% y clavaron un máximo cíclico de 1,64%. No se sabe ahora qué podrá atajarlas. El plan Biden se convirtió en ley el miércoles con un impacto fiscal estimado de 1,85 billones de dólares. Es un huracán urgente. La primera tanda de cheques directos a las personas -por 1.400 dólares- se procesó el mismo viernes. No obstante, lejos de acusar un tsunami financiero, la Bolsa se plegó al ascenso.

El Dow Jones Industrial saltó 0,9% en su mejor semana desde noviembre. Boeing, por caso, despegó 6,8% aunque tiene la mayoría de sus aviones en tierra (y la deuda por los cielos). Una economía robusta inquieta a las tasas pero es condición necesaria para rescatar a la aeronáutica. El índice S&P 500 también subió aunque con mesura -0,1%- a 3.944 puntos. El Russell 2000 -la canasta de las compañías pequeñas- remontó 0,6%. La trilogía de índices cerró con sus valores más altos de todos los tiempos. Solamente la tecnología quedó en penitencia. Ya no son las acciones del momento. El Nasdaq terminó 0,6% en rojo. Desde que empezó el año, la tasa de diez años aumentó 71 puntos base (46 de ellos, el último mes). El mercado bear de los bonos del Tesoro es un dato fundacional de la era Biden. A la par, el mercado bull de las acciones se florea. No puede decirse que la suerte de las tasas le sea indiferente, todo lo contrario, pero su GPS urdió la solución conveniente del recálculo. Los papeles de energía, finanzas, industria y materiales básicos tomaron la posta del liderazgo con la vista y el destino puestos (como las tasas largas) en la aceleración del crecimiento, que comenzó en febrero, pero se tornará candente en los dos próximos trimestres.

Ya vacunada de espanto, ¿la Bolsa será inmune a nuevas alzas de las tasas de interés? ¿De dónde surgió la repentina entereza cuando la semana pasada era un muro de los lamentos ante la falta de orientación ("forward guidance") de la Fed de Powell? El Banco de la Reserva de Australia arrojó una primera pista resolviendo comprar más bonos sobre la marcha. El jueves, Christine Lagarde, planteó idéntica solución pero dentro del marco operativo existente de la política monetaria en curso. Si la suba de tasas largas arrecia, el Programa de Compras de Emergencia por la Pandemia (PEPP) aumentará la adquisición de activos para evitar que endurezca las condiciones financieras y enturbie la recuperación de la eurozona. ¿Copiará la Fed al BCE? Su umbral de tolerancia es más alto. Después de todo, el plan Biden se desembolsará en los EE.UU. Pero, aunque con otros valores de parámetros, el problema estilizado es el mismo y le cabe igual respuesta. La Fed compra 120 mil millones de dólares de deuda por mes, y podrían ser muchos más. Si prefiere no ampliar la hoja de balance, como lo hace el Banco de Japón, podría fijarle un nivel estable de referencia a las tasas largas. ¿Es eso lo que barruntan los mercados? La Fed se reúne martes y miércoles y se esperan (se ansían) instrucciones más precisas. Pero es evidente que Wall Street  piensa en una meseta de las tasas largas no muy distante. ¿Cómo saberlo? Las acciones de las utilities -las compañías de servicios públicos- subieron el viernes a pesar de que son las más susceptibles al alza de las tasas. Avanzaron 1,27%, (y en la semana, 4,4%). Al negocio inmobiliario tampoco le sientan bien y, sin embargo, las cotizaciones del sector de bienes raíces repuntaron aún con más fuerza.

¿Cuánto durará esta sorpresiva inmunidad? La velocidad con que se gaste el plan Biden será clave. Las ventas minoristas de marzo, y sobre todo de abril, van a responder rápido. Si las lecturas son muy robustas, Wall Street necesitará otra dosis de refuerzo. No alcanzará con extrapolar las palabras de Lagarde, y querrá recibir la vacuna Powell. Por supuesto, ni hablar si las cifras de inflación acusan una temprana mutación.

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