La alimentación será uno de los sectores más afectados por la recesión esperada
La repercusión directa se da en el sector del turismo y los viajes, altos demandantes de alimentos. Una proyección del Rabobank.
El avance del coronavirus en Europa trajo como consecuencia inmediata la interrupción de casi todas las actividades de la vida cotidiana, los eventos cancelados, la política empresarial de cancelar viajes de negocios, y los cambios de comportamientos de los consumidores generaron la cancelación de reservas y por lo tanto la reducción de ingresos en todas partes.
La demanda de la industria de viajes y turismo representa entre 20% y 40% de las ganancias de los restaurantes, bares, y cafés, dependiendo de cada país. Aunque la magnitud de esta caída dependerá también de la duración de la crisis, el peso de la industria de viajes y turismo en la demanda de alimentos, y el impacto del coronavirus en el crecimiento económico, estas son algunas de las conclusiones de un trabajo preparado por el Rabobank publicado por el Observatorio Vitivinícola Argentino.
Bajo el escenario actual, la industria de alimentos sufrirá una caída en sus ingresos. Pero si la situación se deteriora o persiste en el tiempo, el impacto crecerá más que proporcionalmente. El crecimiento en modalidades de entregas a domicilio y retiros en tienda beneficiará a operadores de comida rápida. Grupos con escala y diversificación geográfica están también bien posicionados para sobrevivir este difícil momento, como también aquellos que enfrentan bajos costos fijos, consignó el trabajo reproducido por el Observatorio Vitivinícola Argentino.
España e Italia son países donde las industrias representan la mayor parte del PBI y donde también los visitantes extranjeros tienen un mayor peso de los gastos totales en alojamientos durante los meses de marzo y abril. Las pérdidas de ganancias en servicios de comidas debido a la cancelación de visitantes extranjeros son las menos probables de ser compensadas.
La demanda relacionada a viajeros representa una mayor porción de los servicios por comidas en países como Reino Unido y Alemania.
Es probable que los gobiernos tomen medidas extraordinarias para evitar la recesión, pero las tasas de crecimiento pronosticadas para 2020 antes de la epidemia fueron demasiado optimistas.
La estacionalidad es el mayor factor mitigante, aunque marzo es relativamente tranquilo para viajar. Abril tiene un mayor peso en el turismo anual, por las vacaciones de Pascuas, pero los meses cruciales para la industria son desde junio a septiembre. Por lo tanto, si la situación actual se mantiene durante los meses de verano, su impacto adverso se incrementaría más que proporcionalmente. Alemania es el país donde las diferencias entre los meses de verano y marzo/abril es la menor; Italia y Francia muestran la mayor estacionalidad.
Los ganadores
Con el deterioro de la situación y las actividades diarias alteradas, los consumidores no pueden visitar bares y restaurantes. En su lugar, pueden optar por modalidades de entregas a domicilio o retiros en tienda.
En esos casos, los restaurantes de comida rápida se ven beneficiados, porque las entregas a domicilio o retiro en tienda representan una mayor parte de sus ventas totales. Estas modalidades de venta son más frecuentes en Reino Unido y Francia, mientras que es una alternativa menos usada en España o Alemania, donde comer en los locales es preferido.
Riesgo de recesión y vulnerabilidad en los servicios de comidas
La disrupción creada por el coronavirus está poniendo en riesgo el crecimiento económico. Solo su impacto en la industria de viajes y turismo puede ser potencialmente suficiente para enviar al crecimiento del PBI a un territorio negativo. Es probable que los gobiernos tomen medidas extraordinarias para evitar la recesión, pero las tasas de crecimiento pronosticadas para 2020 antes de la epidemia parecen demasiado optimistas al momento.
Históricamente, los gastos en servicios de comidas fueron sensibles al ciclo económico, y en 2009 las ganancias del sector se contrajeron en todos los países, reflejando menos transacciones y menos gastos por transacción. A pesar de los cambios demográficos y en los estilos de vida, esperaríamos que una caída en la economía tenga cierto impacto negativo en la demanda.
Los agentes con un alto apalancamiento financiero o costos fijos significativos pueden enfrentar dificultades insuperables si sus ingresos se reducen drásticamente y no es posible renegociar la deuda o costos. Para jugadores más fuertes, esto puede generar oportunidades de compra.
Un impacto más estructural en el crecimiento económico resultaría en una caída significativa en el tráfico y los ingresos. Esto provocaría cambios más profundos en toda la industria y su forma de operar.