Quickfood recompra acciones y avanza su salida de la Bolsa
El frigorífico, dueño de la marca Paty, ahora pertenece al grupo brasileño Marfrig. Sus acciones cotizaban desde el año 2000.
Tal como había anticipado Ámbito Financiero en su edición del 18 de noviembre pasado, el frigorífico Quickfood -dueño de la marca Paty- avanza con su plan para dejar de cotizar sus acciones en el mercado bursátil local. La empresa fue comprada por el grupo brasileño Marfrig a fines de 2018.
En una nota enviada a la Comisión Nacional de Valores (CNV), Quickfood comunicó que ya depositó el dinero correspondiente para ejecutar la adquisición de la totalidad de las acciones en circulación de la firma en la Bolsa porteña. De esta manera la empresa dejará de cotizar en el mercado local bajo el símbolo Paty.
Oficialmente Marfrig se hizo cargo de la operatoria de Quickfood en enero del año pasado y días después comunicó a la Bolsa porteña no solo que había comprado el 91,89% de los votos y capital social sino que también tenía previsto lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) de las acciones circulantes del frigorífico que no estaban bajo su poder. Y, justamente, poco más de un año después está cumpliendo con plan.
En este marco la empresa logró hacerse de parte de esos papeles, al tiempo que canceló el pago de todas sus obligaciones negociables. Ahora, con esta última adquisición se quedó con un pequeño remanente de acciones a precio estipulado de $6,64 por título anunciado en noviembre pasado.
De esta manera Quickfood sigue el mismo camino de otras empresas multinacionales que en los últimos años decidieron retirarse del mercado bursátil local como Tenaris, Petrobras, Telefónica, Repsol, el Banco Santander y Unipar Indupa. En todos los casos la explicación fue prácticamente la misma: la Bolsa porteña tiene un escaso volumen de operaciones y prácticamente ningún beneficio crediticio u operacional.
En el caso puntual de Quickfood, reconocido localmente por su marca de hamburguesas Paty, tiene una larga trayectoria en la Bolsa local ya que salió a cotizar sus acciones en el año 2000 cuando todavía estaba bajo la órbita de la familia argentina Bameule. En aquel entones se convirtió en la primera industria frigorífica en cotizar en la Bolsa porteña.
Con el correr de los años este poderoso frigorífico recurrió al mercado de capitales argentino con la emisión de obligaciones negociables, e incluso la última serie data de hace apenas dos años.
En la actualidad la empresa opera en sus plantas de Baradero, San Jorge y Arroyo Seco, con una capacidad de faena de más de 600 cabezas de ganado por día, y un potencial de procesamiento de unos 6000 metros cúbicos de hamburguesas, salchichas, productos en frío y productos congelados.
Por Yanina Otero