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El mijo pide campo en el semiárido

Se adapta a climas secos, es de corto período de crecimiento y resulta muy apetecible para el ganado bovino ¿Cómo es el mercado?

30 Oct 2019

Si bien el mijo es un cultivo que normalmente no es tenido en cuenta a la hora de asignar superficie a las distintas opciones de producción, considerando la actual coyuntura climática por la que atraviesa la provincia de La Pampa, vemos en esta gramínea una oportunidad de incluirla en la rotación por una serie de ventajas comparativas, desde el punto de vista productivo.

Es una especie originaria de Etiopía, con una gran adaptabilidad a climas secos, proveyendo una gran seguridad de producción de grano y forraje. Sus hojas se hayan cubiertas de una pubescencia que le confiere en parte tal resistencia al estrés hídrico, pero lo hace levemente menos palatable que otros cultivos forrajeros de verano como la moha. 

Es muy apetecible por el ganado cuando se haya granado, en grano lechoso o pastoso, y también es en este momento cuando conviene hacer los rollos, si es que se lo plantó para ese fin. No conviene esperar a que los granos maduren porque terminan cayendo.

Un mijo granado puede tener eficiencias de conversión (dependiendo de la categoría bobina con la que se lo pastoree) de hasta 800 gramos día de aumento de peso vivo. La época de siembra ideal es en noviembre, pero se adapta perfectamente a siembras tardías. Presenta alta energía germinativa y en apenas 50 días desde la emergencia logra florecer, llegando a la madurez fisiológica en no más de 70 días. En caso de que no haga falta pastorearlo, o sobre un excedente de forraje, esa superficie puede ser destinada a la cosecha de grano.

El comercio de mijo puede resultar muy complicado si se implanta una superficie muy alta del mismo, debiendo tener cuantiosa paciencia para venderlo. No obstante, si resulta un año normal en cuanto a oferta de este cereal, su precio debería rondar el valor del trigo, más o menos un 20%.

Oportunidad de siembra

El cultivo posee una nobleza muy singular, es una oportunidad ante condiciones climáticas desfavorables, siembras muy tardías que presentan riesgo de heladas tempranas para otros cultivos, o reposición de cultivos de verano afectados por algún evento. 

El mijo requiere menos agua que el trigo para producir, el primero requiere 270 litros de agua por kilo de materia seca, mientras que el segundo necesita 530 litros del vital líquido. Comienza a producir grano con solo 150 milímetros de agua, mientras que el trigo precisa 250 milímetros para hacerlo. En planteos de alto uso de insumos no es una buena opción, debido a su baja respuesta a alta fertilidad y agua abundante. Aunque sí es recomendable la fertilización, sobre todo nitrogenada en siembras de segunda sobre gramíneas de invierno.

Su resistencia a la sequía es principalmente por escape, debido a su corto período de crecimiento, completa su ciclo en 70 a 100 días dependiendo de la fecha de siembra, variedad y temperatura ambiente. A medida que se atrasa la fecha de siembra se acorta el ciclo. Uno de los períodos más críticos para este cultivo se ubica 2 semanas después de la siembra, ya que crece muy lento, resultando un pobre competidor para la maleza, además de estar muy expuesto a cualquier ataque de plaga (básicamente oruga y/o tucura).

La fase de llenado comienza con la floración y continúa hasta la madurez, todo el período dura de 20 a 30 días. El mijo acumula más materia seca en las partes reproductivas que el trigo, maíz o sorgo, lo cual lo hace ventajoso en zonas secas y de estación de crecimiento cortas.

Vale mencionar que incorporar esta gramínea en el doble cultivo, en sistemas bajo siembra directa, incrementa de manera significativa la eficiencia en el uso del agua, siendo un cultivo que genera importantes aportes de carbono.

En cuanto a la utilización del grano para la dieta animal, el mijo no se adapta para cerdos o equinos, y sí es una opción para bovinos, ovinos y aves de corral. En los caballos debe ser evitado porque les causa excesiva orina y problemas hepáticos, mientras que en cerdos se les debe corregir su déficit en varios nutrientes esenciales, luego de lo cual es tan bueno como otras dietas de grano balanceado.

En la producción de pollos, pavos y huevos, presenta similar desempeño que si se alimenta con sorgo o maíz. A los corderos puede no gustarles tanto como el maíz, pero molido a una malla de 0,25 pulgadas es una fuente de energía tan buena como este último grano mencionado.

En cuanto a vacas lecheras que recibieron 40% de mijo molido en sus dietas en mezcla con otros granos, produjeron tanta leche e incluso aumentaron el peso corporal respecto de las vacas alimentadas con igual cantidad de avena, maíz, o cebada.

Para la invernada, el mijo molido puede reemplazar hasta la mitad de maíz en dietas de alta proporción de granos, siempre y cuando esté molido con rodillo o martillo con malla de 0,25 pulgadas.

Genética disponible

Mijo "trinidad": es el más usado tanto para pastoreo directo como para rollo. De color verde intenso sus hojas, tallos y grano. Produce más forraje que las variedades de grano amarillo. Se destaca por su gran desarrollo y rebrota con gran vigor si se lo pastorea antes de que florezca. Pero no es apetecido en el mercado del grano para exportación.

Mijo "río V": es muy folioso, con escasa pubescencia que lo hace muy palatable. Presenta un color de panoja amarillo ámbar. La falta de pubescencia hace que la planta sea un tanto menos rústica, sobre todo en suelos arenosos, susceptibles a la erosión eólica.

Mijo Manfredi Xanaes Inta: es la especie más importante y verdaderamente doble propósito, el mijo "manfredi" posee el típico grano amarillo y se adapta tanto para el pastoreo como para la cosecha de grano.

En resumen, el cultivo del mijo posee una serie de ventajas comparativas y competitivas para regiones semiáridas y de producción mixta como la provincia de La Pampa que ante las vicisitudes climáticas, políticas, financieras y de mercado que estamos atravesando, hace pensar que esta especie se ganará un lugar importante en el área de cultivos de verano de los productores pampeanos.

Por Mariano Fava, ingeniero agrónomo.