El Gobierno bajó el peso mínimo de faena de las hembras
Agroindustria publicó una Resolución en que lo pone en 260 kilos (140 kg la res con hueso). El sacrificio de los machos siguen en 300 kg.
La Secretaría de Agroindustria de Argentina emitió la Resolución 74/2019 en la que resuelve mantener el peso mínimo de faena para los machos -no se podrán sacrificar a un peso res con hueso inferior a 165 kg (se mantienen los 300 kilos vivo)-.y reducir el peso de faena de las hembras.
La Resolución firmada por el secretario de Agroindustria, Luis Etchevehere, limita el sacrificio de las hembras a un peso res con hueso logrado superior a 140 kilos o 260 de kilos vivo (antes estaban también en 300 kg).
Según el Gobierno, el cambio no afectará la producción general de carne, pero favorecerá la colocación de las hembras.
Etchevehere había adelantado la intención de bajar el peso de faena al argumentar que la hembra se engrasa antes de llegar a los 300 kilos y los últimos kilos eran ineficientes.
La medida era reclamada por el sector ganadero con planteos que pedían hasta la eliminación -como lo hizo Carbap-. En medio de la disputa, la Cámara Argentina de Feedlot dieron a conocer una encuesta donde 72% de sus socios se manifestaba en favor de la regulación.
Detalles
La resolución precisa que "se exceptúan de esta normativa a los animales bovinos machos y hembras a los que por razones sanitarias o nutricionales les resulte imposible alcanzar el peso establecido precedentemente, siempre y cuando su destino comercial sea conserva y/o manufactura y/o chacinados, lo que deberá surgir de la documentación de traslado, faena y comercialización correspondiente".
En tanto, indica que no se considerará infracción si hasta un 10% de las reses que componen la tropa se encuentra por debajo de los pesos mínimos establecidos.
En los considerandos para justificar el cambio para las hembras la cartera de Agroindustria detalla:
Que la conversión de alimentos a carne es menos eficiente en las hembras que en los machos.
Que esta característica hace imprescindible en el engorde de hembras cumplir con ciertas prácticas productivas y de alimentación sin las cuales se producen inadecuadas relaciones músculo/grasa tanto en la grasa de cobertura como intersticial.
Que estas prácticas introducen un costo adicional en la producción de hembras en relación a la de los machos.
Que en muchas zonas del país las características de los sistemas productivos hacen inviable la terminación de las hembras en las mismas condiciones y tiempos que los machos para alcanzar el mismo peso.
Que resulta pertinente tener en cuenta esta particularidad para que la producción de hembras encuentre oportunidades de abastecimiento de los mercados en condiciones económicas razonables que no afecten el libre juego de los mismos.
Que fijar para las hembras un límite de peso de faena inferior al de los machos no afecta la producción global de carnes ya que genera una mejora en la rentabilidad por mejor aprovechamiento de la eficiencia de conversión y una disminución de la necesidad de traslados de hacienda en diversas zonas ganaderas.