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Rizobacter lanza dos nuevos productos microbiológicos

Un inoculante que responde a sequías y un biofungicida para controlar enfermedades de la soja.

Con el objetivo de aumentar la productividad y al mismo tiempo generar sustentabilidad, la compañía Rizobacter lanza Rizoliq Dakarun inoculante que responde ante sequía y altas temperaturas y Rizoderma Soja, el primer biofungicida para el control de enfermedades de las semillas con un amplio poder residual y mejor manejo de la resistencia de las enfermedades.

"Rizobacter avanza en un nuevo paradigma de producción que propone la microbiolización de la agricultura, impulsando biotecnologías basadas en las propiedades benéficas de los microorganismos presentes en el suelo para el biocontrol y la biofertilización de los cultivos", dijo la empresa.

El objetivo es ofrecer herramientas específicas y eficientes que le permitan al productor ganar productividad sin impactos adversos en el ambiente, un aspecto que no se puede soslayar a la hora de armar una estrategia de producción agrícola. 

En este marco, para esta campaña de soja, presenta dos productos para el tratamiento de las semillas: Rizoliq Dakar, un inoculante que promueve la Fijación Biológica del Nitrógeno bajo condiciones de estrés abiótico (sequía y altas temperaturas).

Rizoliq Dakar otorga una respuesta sustentable y adaptativa al cambio climático y en ambientes de alto estrés por deficiencia hídrica y altas temperaturas que afectan la productividad de los cultivos. También a la necesidad de abrir mejores posibilidades de producción en zonas con ambientes limitantes, que ponen en peligro la supervivencia de las bacterias del inoculante, la simbiosis y la productividad de las plantas de soja.

Resultado del método de "Selección Natural Inducida", Rizoliq Dakar está formulado en base a poblaciones microbianas resistentes y adaptables a altos niveles de dificultad, que nodulan aún bajo condiciones de estrés por deficiencia hídrica y altas temperaturas. Se trata de cepas Bradyrhizobium que demostraron tener sobre expresadas sus capacidades metabólicas, enzimáticas y proteicas, lo que se traduce en mayor movilidad en el medio para obtener fuentes de Carbono y Nitrógeno; y alto desempeño de autopreservación. De este modo, posibilita una mayor Fijación Biológica de Nitrógeno, masa seca nodular, biomasa vegetativa y rendimiento sobre en situaciones antes imposibles.

Rizoderma Soja

Rizoderma Soja es el primer bio controlador fúngico de Argentina que controla las enfermedades presentes en la semilla y que, por su modo de acción, pone un freno a la resistencia de las plagas.

Rizoderma Soja es el primer bio controlador fúngico desarrollado en Argentina a través de una alianza entre Rizobacter y el Inta Castelar. Su formulación líquida es totalmente biológica en base a la cepa Trichoderma harzianum 2 (Th2), seleccionada por ser la más efectiva para combatir el desarrollo de las enfermedades que provocan los hongos presentes en las semillas, como cercospora kikuchii, phomopsis y fusarium spp. Pero además de brindar un efectivo control, pone un freno a la resistencia de las plagas, superando los parámetros conocidos sobre desempeño en el poder residual.

Los ingredientes químicos convencionales funcionan inhibiendo un proceso metabólico específico, las enfermedades responden comenzado a generar resistencia a esos ingredientes y, por lo tanto, de algún modo siguen avanzando. Rizoderma, en cambio, combina un triple modo de acción que inhibe la posibilidad de generar resistencias al bloquear naturalmente las posibilidades de desarrollo de los patógenos. Su desempeño diferencial reside en la capacidad de estimular las defensas naturales de las plantas frente al avance y ataque de enfermedades que causan pudriciones en las raíces y plántulas de soja.

Su modo de acción está bien comprobado a campo: no solo protege contra las enfermedades sino que también otorga un efecto vigor que favorece el fortalecimiento en las raíces de las plántulas durante todo el período de germinación y emergencia. El desarrollo inicial más uniforme y fuerte, le asegura al cultivo una capacidad de competencia superior en el lote.

Un círculo virtuoso

Uno de los grandes beneficios que han demostrado las tecnologías microbiológicas es que, aplicados solos o en combinación con productos de síntesis química, aumentan la biodiversidad y mejora la resiliencia de los ambientes agropecuarios, impactados por el uso descuidado de los recursos naturales. 

El círculo virtuoso de esta paradigma que propone aumentar la productividad generando sustentabilidad en los sistemas, se completa con el incremento de la capacidad de capturar Carbono mejorando el contenido de materia orgánica de los suelos y reduciendo los impactos negativos de los gases de efecto invernadero, un desafío que está en la agenda productiva de la Argentina.