Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria avanzaron en el estudio del control biológico de un hongo que causa la podredumbre de los granos y las espigas del maíz.
Se trata del hongo Aspergillus flavus que provoca pérdidas millonarias cuando infecta al cultivo de maíz, ya que libera una micotoxina que es altamente contaminante para humanos, lo que impide su comercialización.
Los ensayos pasan por un control biológico que propiciaría el desarrollo de un producto natural seguro contra ese hongo.
Aspergillus flavus posee dos tipos de cepas: las toxigénicas, que producen micotoxinas cuando infectan a los cultivos; y las atoxigénicas, que no producen micotoxinas.
"Una estrategia exitosa que se probó en otros países fue poblar cultivos de maíz con cepas no tóxicas. Estos microorganismos compiten con las cepas tóxicas y reducen la contaminación que provocan",explicó Boris Camiletti, becario pos-doctoral del Conicet en el Instituto de Patología Vegetal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), en Córdoba.
En Estados Unidos existen dos productos comerciales registrados, AF36 y AflaGuard, y en África hay uno más: AflaSafe.
"Los agentes de biocontrol deben ser seleccionados a partir de la población nativa de Aspergillus flavus, ya que se consideran mejor adaptados al lugar donde se van a aplicar. Es decir, no se pueden importar los productos ya registrados en otros países", indicó Camiletti, a la Agencia de Noticias Científicas y Tecnológicas (Agencia CyTA) de la Fundación Instituto Leloir.
Para el desarrollo, se lograron seleccionar dos cepas no tóxicas de ese hongo a partir muestras de espigas de maíz cultivadas en la región maicera centro-norte de Argentina, principalmente norte de Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero.
"En ensayos de laboratorio, comprobamos que estas dos cepas de Aspergillus flavus fueron capaces de reducir la síntesis de micotoxina. El siguiente paso será evaluar la aplicación del producto en cultivo de maíz, para analizar su desempeño en condiciones naturales", destacó Camiletti.
El suministro de maíz contaminado con ese hongo a los animales resulta en la acumulación de micotoxinas en carne y leche que no pueden ser destruidas a temperaturas normales de cocción. "Son potentes agentes que producen efectos adversos sobre la salud humana. También son tóxicas para los animales en altas concentraciones, lo que genera complicaciones en la producción ganadera y de granja. Por esta razón, también es importante controlar este patógeno", concluyó la doctora María de la Paz Giménez Pecci, encargada del laboratorio de Patología del Inta Córdoba.